viernes, 11 de enero de 2013

Sobre la evaluación...

Buscando información sobre la evaluación de los proyectos educativos en la web he encontrado este pequeño texto en la Wikipedia en Catalán que da  una definición de qué es la evaluación y los tipos de evaluación que hay. Es la definición básica que todos y todas hemos leído un montón de veces, ahí la cuelgo por si alguien quiere recordarla:

"S'ha de tenir en compte que no podem tenir els mateixos criteris d'avaluació per tots els infants, ja que cada infant parteix d'una base de coneixements i haurà viscut de manera diferent el projecte. Podem diferenciar tres tipus d'avaluació: Avaluació Inicial: Aquesta es du a terme al principi del projecte, quan ja s'ha escollit el tema a treballar. Servirà per tenir consciencia dels coneixements previs dels infants. Avaluació del procés: Una vegada començat el projecte tindrem en compte els nous aprenentatges que van sorgint a la vegada que el projecte avança. Aquests nous coneixements adquirits han de relacionar-se amb els previs. Avaluació final: Ha d'haver una reestructuració dels coneixements previs i dels adquirits. Ha de quedar patent que els infants tenen consciencia d'allò que s'ha après i s'ha treballat durant tot el curs.  “

Clicad aquí si queréis ampliar información.


He seguido buscando y he encontrado un power point de La Universidad Veracruzana que me ha sorprendido mucho por la forma como enfocan la evaluación:

n  La evaluación nació el séptimo día de la Creación, cuando Dios miró todo lo que había creado y declaró: “Es bueno.”

n  Con esa sola frase, Dios se convirtió en el primer evaluador del mundo. No obstante, la evaluación nacida en los cielos resultó insuficiente y demasiado subjetiva para algunos.

n  Por lo tanto, al escuchar la evaluación de Dios (autoevaluación, por cierto), el diablo objetó e insistió “¿cómo sabe que es bueno? ¿cómo lo midió? ¿con qué indicador juzgó la bondad de su creación? ¿con qué lo comparó?”

n  Y así nace la evaluación como la conocemos hoy: ¡en los fuegos del infierno!


Visto así, parece que la evaluación es algo que ha existido siempre, al menos desde que el hombre existe. Imagino a esos hombres prehistóricos evaluando si les sentaba mejor comer la carne cruda o cocinada, o si pasaban más frío durmiendo sobre unas hojas secas que sobre una piel de algún animal, o si su comportamiento durante una cacería hacía que pudieran llevar comida a la cueva o no. Esos hombres y mujeres ya estaban “evaluando” y gracias a ello, la especie pudo seguir existiendo y desarrollándose a lo largo de miles de años.

En el mismo power point donde he encontrado estas alusiones a Dios y al diablo relacionándolos  con la evaluación, también he podido encontrar algunas definiciones de “evaluar”. A continuación os pongo algunas:

n  Evaluar es una actividad cotidiana y frecuente entre los seres humanos, pero es egocéntrica, rápida e irreflexiva; cae en el terreno de la opinión. La auténtica evaluación la forman los juicios estimativos que se formulan conscientemente, siguiendo criterios bien definidos. Esos juicios requieren una adecuada comprensión del problema y un análisis que fundamente el juicio ( Adams, 1970)

n  Evaluar significa establecer una comparación entre lo deseado y lo realizado (Alfaro,1990)

n  Es el enjuiciamiento sistemático de la valía o el mérito de algo (Stufflebam,1988)

n  La evaluación se identificaría con la emisión de juicios en función de unos criterios previos para facilitar la toma de decisiones sobre objetos, situaciones o fenómenos        (Noizet y Caverni, 1978),    (Coll,1983)

n  Es la emisión de un juicio sobre el valor de algo proyectado o realizado por algún individuo o grupo y presupone un proceso de recogida de información sistemática y relevante que garantice la “calidad” del juicio formulado ( Sancho,1990)

n  Evaluar algo es determinar su valor ( Popham,1980)

n  Constituye un medio que permite observar y describir con mayor precisión los aspectos cuantitativos y cualitativos de la estructura, el proceso y el producto de la educación. Su finalidad es facilitar una predicción y un control lo más exacto posible del proceso educativo.( De la Orden,1979)

Entonces ya hemos leído y releído, no solamente aquí, sino al largo de los estudios, cuando se evalúa, cómo se evalúa, qué se evalúa y quién evalúa. Creo que en el trabajo por proyectos hay una parte que, a mi entender, no llega a cuadrar del todo y es quién evalúa y explico por qué lo creo. El tema surge de un interés de los alumnos, el peso del desarrollo del proyecto lo llevan los alumnos, con la colaboración del docente y cuando llegamos a la hora de evaluar el proyecto, los alumnos adoptan un papel más pasivo. Y mi duda es, ¿por qué no se les da un papel más activo?, si el trabajo por proyectos pretende, entre muchas otras cosas, que los alumnos adquieran autonomía, aprendan a comunicar, a tomar decisiones, etc.

Creo que también se deberían buscar los mismos objetivos a la hora de la evaluación, se debería dar a los alumnos los medios necesarios para que ellos mismos pudieran evaluar sus conocimientos iniciales, su trabajo durante el proyecto y sus conocimientos y logros finales. Todo ello con la ayuda del maestro está claro, ya que sí que necesitarían probablemente la ayuda de algún moderador o de alguien que diera una opinión posiblemente más objetiva que la que ellos pudieran tener.

Para ayudar a los alumnos a autoevaluarse, se podrían poner a su disposición un listado con objetivos que se pretendían alcanzar realizando el proyecto para que ellos reflexionen, tanto de forma individual, como en pequeño grupo, también podrían contestar a una serie de preguntas de test, o proponerles que expusieran sus conclusiones ante la clase, etc. Imagino que según el proyecto, los objetivos, la duración o el tamaño del grupo el docente podría elegir utilizar un método más adecuado que otro.

Considero especialmente importante el que los alumnos aprendan a autoevaluarse no solamente para adquirir esa habilidad, creo que se la podría considerar una habilidad, y utilizarla en el colegio, sino también fuera de él y no solamente durante la infancia, sino durante toda la vida y en todos sus ámbitos. La escuela hoy en día tiene una función que va más allá de la estrictamente académica, ya que también busca preparar personas que sean útiles a la sociedad y que estén integradas en ella. Tanto para lo uno como para lo otro, es imprescindible que las personas sepamos adaptar y modificar si es necesario nuestro comportamiento, siempre partiendo de unos principios éticos básicos, está claro. 

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